El oficio de albañil es una de las profesiones más antiguas de la historia, ya que desde que se descubrieron los primeros materiales con los que hacer edificios han sido necesarios profesionales capaces de realizar trabajos de calidad para hacer de un montón de piedras y maderas un lugar agradable y duradero en el cual vivir.
Con la llegada de las ciudades se hicieron necesarios nuevos equipamientos, por lo que se comenzaron a proyectar nuevas construcciones, como carreteras, acueductos y edificios dedicados al ocio. En los tiempos modernos se utiliza a los albañiles para muchas obras, desde la colocación de topes de estacionamiento hasta el levantamiento de rascacielos, pasando por grandes infraestructuras como puentes túneles y todo tipo de construcciones. Hoy no podríamos volver a vivir al cielo raso como cuando nuestros antepasados aún no sabían lo cómodo que era vivir bajo un techo construido por la mano del hombre.