Los destellos que producen las bandas reflectantes han sido un salvavidas para muchas personas, que han podido hacerse notar en carreteras con escasa visibilidad en condiciones adversas. Gracias a ellas se han podido fabricar chalecos de seguridad, conos viales y cintas adhesivas con las que poder delimitar zonas peligrosas.
El principio en el que se basan estas bandas les permite recoger la luz por poca que sea y devolverla ampliada, imitando a los ojos de algunos animales nocturnos que vemos cuando pasamos por algunas carreteras. Es por eso que algunos de los objetos que se fabrican con estos compuestos se suelen denominar comúnmente “ojos de gato”, ya que a veces observamos dos puntos brillantes que parecen no pertenecer a nadie, pero que al ser iluminados solemos ver que son en realidad los ojos de un felino.
Sea como sea, las bandas reflectantes son un elemento muy útil en materia de seguridad, sobre todo en condiciones de poca visibilidad.