Cuando se realiza un concierto en algún lugar, siempre ese lugar tiene un límite de decibelios que no se puede superar por el propio hecho de que pueda llegar a producir daños en la estructura del recinto. Para que esto no suceda, en determinados conciertos se lleva un elaborado proceso de control de vibraciones.
Estos controles de vibraciones suelen realizarse dentro del recinto y en sus alrededores. En determinadas horas del concierto, sobretodo, al comienzo, al final y en varias partes intermedias, se toma un objeto con el cual medir el control de vibraciones, para que así diga los decibelios que hay en ese momento.
Muchos recintos no permiten mucho ruido, y a la vez a las personas de pie o saltando, es por eso que estos estudios es importante estar realizándolo durante todo el concierto, y así, si se nota algún desequilibrio y superación de decibelios, tomar precauciones.
No sería la primera vez si sucede que dentro de un concierto, ya sea en espacio cerrado o abierto, se superan los decibelios sin ninguna precaución, y pueda llevar a problemas tanto en la estructura como en la fisiología de las personas que sufran más de este sonido. Por eso es importante el control de vibraciones.