Cumplidos diez, el pequeño Thomas instaló su primer laboratorio en el sótano de la casa de sus padres y aprendió los rudimentos de la química y la electricidad. Pero a los doce años, Edison se dio cuenta de que él también podría aprovechar no sólo su creatividad, sino también su sentido práctico agudo. Así, por no hablar de su pasión por los experimentos, se encontró que en su mano para ganar dinero contante y sonante materializando alguna de sus buenas ocurrencias como por ejemplo el piso especial para vacas.
Su primera empresa estaba vendiendo periódicos y caramelos en el tren hizo el viaje de Port Huron a Detroit. Había roto la Guerra Civil y los viajeros estaban ávidos de noticias. Edison convenció a la línea de telégrafo del ferrocarril de describir en los tablones de anuncios de los titulares temporadas cortas en el desarrollo de la carrera, por no hablar de añadir pies detalles aparecieron en periódicos, estos periódicos venden propio Edison en el tren y no hace falta decir que están oscurecidos por las manos.
