Speed bumps

 

Los topes de velocidad o speed bumps generalmente están hechos de caucho o asfalto. También se encuentran disponibles opciones de plástico, metal y hormigón.

Cuando están hechos de goma o plástico, estos obstáculos son fáciles de instalar en superficies preexistentes, lo que permite una instalación rápida y eficaz. Ambas opciones son ligeras y se pueden instalar temporalmente. Las instalaciones muy restrictivas, con muchas colocadas juntas en serie, pueden crear un desafío para la remoción de nieve en climas invernales: tanto los topes de goma como los de plástico se pueden desinstalar para facilitar estas operaciones.

El caucho tiene una mayor compresión que el asfalto o el concreto, lo que puede ser un beneficio para un vehículo que lo golpea demasiado rápido, en ángulo o que está cerca del suelo, porque es menos probable que dañe el vehículo. Esta mayor compresión significa que los obstáculos de caucho de la misma altura son ligeramente menos efectivos para ralentizar el tráfico que las instalaciones de asfalto similares, y el caucho o el plástico no son ideales para carreteras en las que hay un paso constante de tráfico industrial pesado. Sin embargo, en condiciones normales, el caucho es resistente y duradero, y su compra e instalación son económicas.

Los reductores de velocidad de asfalto o concreto suelen ser instalados por cuadrillas de carreteras municipales o empresas de pavimentación privadas. Deben tener precisión y experiencia en el área, o la instalación puede salir mal. Con un equipo suficientemente experto, el asfalto puede permitir la construcción personalizada de la forma del obstáculo y la longitud del recorrido. Ambos materiales tienen menos compresión, por lo que son un poco más efectivos que el caucho o el plástico en la reducción de velocidad. Sin embargo, con el tiempo y en condiciones climáticas variables, el asfalto y el concreto tenderán a desgastarse y agrietarse.

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