Los conos de estacionamiento hoy en día tienen una función vital a la hora de mantener un coche tal y como estaba el primer día que salió a la calle; teniendo en cuenta lo realmente diminutas que son las plazas de los garajes privados que se fabrican en esta década, la opción más inteligente para tratar de salvaguardar el coche de todos los peligros que genera aparcar en un hueco muy diminuto es utilizar unos topes que al menos faciliten en parte la maniobra y que impidan que sea posible golpear la pared o la columna cercana a la plaza.
Porque, ¿quién no ha tenido alguna vez un susto estacionando un coche? Basta el más mínimo despiste para acabar golpeando cualquier obstáculo –incluso el coche del vecino- de modo que hay que tener mucho cuidado en este tipo de maniobras ya que un arañazo en la pintura conlleva una costosa reparación; si a esa precaución aparcando se le añade un par de topes de estacionamiento en el lugar indicado, lo cierto es que aparar se convierte en algo mucho más llevadera que no requiere tanta concentración en las maniobras.
Por si fuera poco, el coste de un tope de estacionamiento es tan accesible que cualquier persona puede permitirse tanto la compra de dos topes como su instalación, la cual normalmente no lleva más de un par de horas y si se realiza en compañía de un amigo resulta muy sencilla y muy llevadera.