La palabra “anclaje” nos sugiere un soporte firme con el que sujetar algo en algún lugar y evitar que se mueva, a veces de forma permanente y otra de forma temporal. Por ejemplo podemos usar topes para estacionamiento fijos en el suelo que marcarán de manera permanente un lugar donde aparcar o podemos llevarlos en el maletero de nuestro coche para calzar las ruedas en caso de dejarlo en algún lugar en el que exista el riesgo de que se desplace, bien sea porque haya movimiento o porque lo dejemos en un lugar con pendiente.
También se usan anclajes cuando queremos asegurar algún tipo de elemento en algún sitio. Por ejemplo se utilizan anclajes para fabricar paredes y muros o para que estos mismos estén bien sujetos en el suelo y no se mueven ni se conviertan en un peligro para la seguridad. Algunos de estos también son fijos y otros temporales, como los paneles para fabricar muros de hormigón armado.